2017 SUDAFRICA DURBAN JOHANNESBURGO

Después que la transmisión del coche se quejara bastante los primeros kilómetros, nos fuimos haciendo amigos. La zurda no me funciona bien para poner los cambios. La Ecosport con caja manual y volante a la derecha (normal en países que fueron dominados por el Imperio Británico) se convierte desde ahora en nuestra compañera de aventuras en tierras sudafricanas. Solo hay que mantener la izquierda (esta frase se debe repetir varias veces en la cabeza) sobre todo en calles de doble sentido. Simple, pero siempre se tiene la sensación que vas a chocar de frente.
Nuestro camino nos lleva hacia Durban que es una ciudad a orillas del Oceano Indico.
Es la tercera ciudad más grande del país, después de Johannesburgo y Ciudad el Cabo.
 El 68,5 % de la población es negra, el 20% asiática, el 9% blanca y el 2,5% es mestiza. Es, además, la más cosmopolita de todas, con el zulú como lengua materna más hablada, seguida por el ingles , el afrikaans y el hindi.  
Además de ser un centro turístico, el puerto de Durban es el más importante de toda Africa

En 1989, Frederick de Klerk derroca a Pieter Botha y se produce en Sudáfrica el fin del Apartheid, donde una minoría blanca europea dominó el país durante mucho tiempo en contra de una gran mayoría negra. Levantada la proscripción que existía sobre el Congreso Nacional Africano, se otorga el derecho al voto a la mayoría negra del país. En 1994 se celebran las primeras elecciones libres y el abogado y activista, Nelson Mandela, líder del CNA (liberado tras 27 años en la prisión de Roben Island) gana las elecciones de su país con una mayoría absoluta, llevando a Sudáfrica a ser una de los grandes líderes de los países en desarrollo y miembro de grandes bloques económicos como el BRICS. Pero de Mandela hablaremos en otro momento.

Por ahora solo tenemos una visita a Pretoria y grandes problemas con nuestro GPS que tuvimos que devolver dos veces porque no funcionaban, prácticamente manejando a ciegas y llegando a destino solo por la buena voluntad de la gente. Muy satisfactorio.

Nortwood, el barrio de Johannesburgo en donde estamos se ve bastante tranquilo, pequeñas tiendas y restaurantes chinos japoneses, turcos, italianos, mexicanos menos sudafricanos para probar la comida local. Lo que nos llamó la atención y a pesar que el Apartheid desapareció hace años, es que las diferencias se notan. Los empleados de restaurantes son negros y los dueños son blancos y en lugares de comida donde hay blancos, difícilmente veas negros y viceversa.

Otra cosa que nos llamó la atención es que en esta área hay muchos barrios cerrados y grandes mansiones pero no solamente están tras murallas de más de 3 metros de altura, sino también con cercas electrificadas por encima de las murallas, a los que se suman también vigilancia con agentes armados y varias cámaras de seguridad en cada esquina.

A Sudáfrica se la considera una nación con muchos problemas de seguridad. La ola de criminalidad supera los 50.000 homicidios por año. Por otra parte la nueva legislacion creada por el CNA, prohíbe a los blancos ocupar puestos de trabajo, ahora reservados solos a los negros y esto empuja a miles de blancos a abandonar el país. La tasa de desigualdad es de la más alta del mundo. Desde el fin del Apartheid en  1994 hasta la actualidad ya han emigrado casi un millón de blancos. Los altos índices de delincuencia y la creciente sensación de que el CNA no ha sabido gobernar bien el estado, no hacen más que agravar la incertidumbre.

Quedamos impresionados con el Museo del Apatheid y lo que aprendimos sobre Nelson Mandela